jueves, 3 de junio de 2010

¡Aprender a Escribir Los Numeros!

Aprender los números es un proceso complicado. Los números tienen dos funciones importantes: indicar orden (el dos va después del uno y antes del tres) y cantidad (el cuatro implica que hay exactamente cuatro unidades de algo). Nosotros entendemos perfectamente estas características, pero el niño no. Con tres años tal vez ya sea capaz de contar sus cuatro caninas mientras las va señalando con el dedo, pero al preguntarle cuántas tiene, o si son más o menos de dos, aún no lo sabe.

Para él, contar todavía no guarda la menor relación con las cantidades, no es más que una acción aislada. Sí está seguro, sin embargo, de lo que es tener más o menos, mucho o poco. Santiago, de 36 meses, sabe que quiere un poquito de verdura y mucho helado. Y si su madre coloca delante de él dos montañitas de caramelos, no duda en decirle cuál tiene más. Pero calcula "a ojo". Así si la madre de Santiago llena dos vasos con la misma cantidad de jugo, y uno es alto y estrecho y el otro bajito y ancho, el niño pensará que hay más en el vaso de tubo, pues es el que tiene el nivel de líquido más alto. Y seguirá pensando lo mismo aunque vea cómo su madre vierte el líquido en los dos vasos diferentes.
A los tres años, el niño aún cree más en la percepción inmediata e intuitiva que en la lógica. Pronto, esto irá cambiando, gracias a sus exploraciones en el juego. Son muchos los juguetes y actividades que ayudarán a tu hijo a aprender los números. Por ejemplo, los juegos en los que haya que juntar las fichas que tengan el mismo número de objetos de plástico... Ahora que está tan interesado en contar, le gustará mucho que le hagas preguntas como "Cuántas orejas tienes?" "y cuántos dedos? También le encantará que juegues con él a ordenar y a distinguir.

Ordenar es una fase previa a contar. Si lo mandas a buscar todos los zapatos, al principio sólo se fijará en lo común: se trata de zapatos. Pero al ponerlos en orden se dará cuenta de que unos son grandes, otros medianos y algunos (los suyos) más pequeños. También los puede ordenar según el color, lo que le dará otro resultado. No es una actividad banal, pues gracias a ella empezará a comprender las características de los objetos cotidianos, entre ellas el concepto de unidad: dos zapatos forman una unidad y uno sólo no sirve para nada. De igual modo, el número uno tiene un significado en relación con otros números, pero no sin ellos.

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